Descubrir la pasión por los brevets desde la óptica de un randonneur es increíble. ¿Quieres empaparte de esta experiencia?
El pasado año tuve el honor de participar en la primera edición del brevets de 200 km organizado por el CC Sprint Bike de Sant Feliu de Llobregat.
El «culpable» o instigador de mi asistencia a esta brevets fue Jaime Sanz. Seguramente muchos de vosotros no le conoceréis, pero os aseguro que a nadie le deja indiferente. Su saber estar, su aptitud, su paciencia,… y sobre todo su predisposición para hacernos vibrar con todo lo que implica participar en brevets, son sólo algunos de los detalles que definen su personalidad.
A continuación, previa solicitud de permiso pertinente a Jaime, os dejo el comentario que me dejó en facebook a raíz del post que publiqué al respecto sobre mi participación en el brevets antes indicado, que a buen seguro os dejará un buen sabor de boca y, ¡quien sabe!, si os mete el gusanillo de las brevets:
Descubirnedo los brevets de la mano de Jaime Sanz
Ostras Nicolas, eres un Crack y me encanta la pasión que pones en todas tus actividades relacionadas con la bici, haces que nos sentamos especiales, y tu optimismo y empatía hacia el mundo ciclista no nos deja indiferentes, hace que en la medida de lo posible tengamos un referente para poder hacer de tu solidaridad la nuestra también.
En fin me ha encantado tu escrito del tema de las brevets y esto hace que me sienta un poquito aludido, además al igual que tu y tus colegas, animo a todos los ciclistas que no probaron este mundillo den un pasito mas allá de las brevets 200. Estas son un pequeño anticipo del compañerismo y ciclismo aventura, de hecho es una pequeña regresión a los tiempos de los pioneros en que se inicio el ciclismo en Europa, con aquellos profesionales que sobre el año 1900 se dedicaban en Francia y Bélgica al tema de las clásicas, entre ellas la Madre de todas las brevets, La Paris-Brest-Paris, decir que en esa época el periódico L´Auto con Henri Desgrange monta Le Tour de France y compra la segunda edición de la Paris-Brest-Paris.
En fin como veis las brevets no son sólo kilometradas sin ton ni son, son historia viva de la pasión, de los pioneros, de la aventura, del esfuerzo, de los ídolos del pedal, de la afición, de la locura, de las bicicletas…
brevets si…pero con cabeza
Pero a todo esto, no quiero sólo hacer una mera introducción a las brevets, quiero pedir a los interesados un paso más, pero también quiero que lo hagan bajo una reflexión responsable, y más en estos tiempos en que todos quieren entrar por la puerta grande. La locura por la grandes distancias hacen hoy en día a la gente sin experiencia que den pasos a veces demasiado largos, llevados por una cierta inconsciencia, dejándose llevar por la euforia del mundo y los compañeros que les rodean.
Voy a contar un poco de mi pequeña historia en este mundillo, más que nada por alusiones y porque me siento muy orgulloso de la manera en la que he ido avanzando en esto de las brevets.
Yo empecé en el año 2006, o sea esta será mi 12 temporada. Todo empezó después de años de club con una manera de pedalear y afrontar las temporadas como se hacía antes. Yo en esa época ya había visto ciertas reseñas en revistas de las brevets, no sabía muy bien de que iba el tema, pero tenía la curiosidad de un reto personal: afrontar un brevets 300 y un 400. ¡Claro! Yo lo más que había hecho en aquella época habían sido 230 km, aunque ya tenía bastante bagaje como ciclista.
Los necesarios referentes
Pero no tenia referencias, tan solo la de mi compañero José Carlos Cruz Monterrubio, que fue el primero al que pregunté cómo se hacía aquello, pues él hacia algún tiempo había hecho una.
Por aquel entonces, la manera de funcionar en el club, era a base de paradas y reagrupaciones. Como podéis suponer a toda caña en aquellos enlaces y las piernas llegaban de madera. Por lo tanto algo no cuadraba, ¿cómo íbamos a hacer aquella locura de las brevets?
El caso es que, con mi compañero Carlos García Alarcón, nos metimos en el ajo. En aquella época, en Catalunya, sólo estaba el PC Bonavista en estas lides, y allí varios, monstruos de las brevets, entre ellos Pere Martí y sus colegas, nos daban algunas indicaciones sobre la ruta. Pero mi gran referente fue mi querido «Avi García», o José García Sanz un Supermán de 67 años que nos daba palos a todos.
El aprendizaje
Aquellos retos acabaron consumándose con éxito, con equivocaciones, lesiones, sobrecargas, contracturas, mala alimentación y un sinfín de problemas. Pero poco a poco las brevets nos fueron enseñando a ser ciclistas.
Poco después, en aquel añ,o nació la Barcelona-Perpiñán-Barcelona y mi compañero Carlos me dijo: ¡vamos a por ella!, y pensé «600 km, ¡uffff!» Que decir ahora ya llevo las seis ediciones, en ellas con diferentes motivaciones por el camino para seguir en ella, no sin grandes problemas a veces mecánicos, físicos, meteorológicos,… Y hay que decir que el material de entonces no es el de ahora, las luces de risa comparado con lo actual.
Luego llego la Madrid-Gijón-Madrid, una acabada y otra abandonada, la Paris-Brest-Paris un par de veces, un Randoneur 5.000 y un Randonneur 10.000 con todas las pruebas que conlleva, incluidas brevets de 1000 km y otra media docena mínimo de 600.
Con esto quiero decir que esto de las brevets es serio. Entramos en distancias que te llevan fuera de tu territorio de confort, con sueño, frío, problemas físicos, calor sofocante en las horas centrales del día y frio durante la noche cuando la afrontas después de horas pedaleando.
Todos conocemos grandes ciclistas que se pegaron un severo tortazo con el frío de la noche al no ir abrigados aun en pleno verano, ya que son distancias que a veces necesitan de una adaptación, de una experiencia para afrontarlas.
Palabra de randonneur
Los breveteros te dirán que una brevets empieza a partir de un 400, luego cuando pasamos a marchas más largas, un 1.000 o un 1.200 y no digamos superiores, (yo ahí ya no he llegado), entramos en otra dimensión donde los problemas crecen exponencialmente.
Por eso invito a todos, pero con la reflexión responsable pertinente, a acudir a ellas con cierta preparación, estudiar el recorrido a pesar de llevar el gps, llevar ropa de abrigo en función de la distancia, luces, chaleco reflectante, luces en el casco, el material en condiciones, no sólo por nosotros, sino porque a veces tu irresponsabilidad puede poner en peligro a compañeros a muchos kilómetros de casa y en sitios remotos.
A poder ser durante nuestras primeras brevets es mejor ir acompañado, con amigos o conocidos en los que te puedas apoyar o te puedan enseñar y aconsejar. Aprende a conocerte. Piensa que son sensaciones nuevas que nos llevaran a una visión diferente del ciclismo.
Tal vez sea buena idea alternar una «brevet» tipo marcha, con sus avituallamientos, con una brevet pura, sin apoyos.
Además, lo mejor que poder después compartir esas sensaciones con tus colegas, esas serán batallitas a contar de por vida.
Los bajones alimentarios, los problemas gástricos y intestinales, algún estimulante para no dormirse, los problemas de los apoyos como afrontarlos (pies, manos, glúteos, cervicales,….), tema café, o geles de cafeína y sobre todo la preparación, la más importante, la que hará que nuestra recuperación durante la ruta sea más llevadera.
Estas son cosas que nos las dará la experiencia, el ir paso a paso, el ir adecuando el material según afrontemos nuevos retos, de lo contrario podemos tardar meses en recuperarnos de una gran brevet.
Aun así, no quiero engañaros, los problemas a pesar de la experiencia están casi asegurados.
En fin. Esto de las brevets es un mundo apasionante, pero que al mismo tiempo conlleva un aprendizaje.
Jaime Sanz
¡Gracias Jaime por compartir con todos nosotros tu valiosa experiencia! ¡Y gracias por ser parte del Dorsal Solidario y de la Marcha cicloturista Solidaria Velo Club!
No sé hasta dónde llegará mi curiosidad en este apasionante mundillo del ultrafondo en bicicleta que son las brevets. Pero de momento ya te has ganado en mi persona un seguidor y admirador.
¿Has participado en algunas de las brevets? ¿Cuál es tu historia?
Dale al me gusta, comparte y déjame tus comentarios. Estoy seguro que de ellos también aprenderemos muchas cosas.
NA Fotos propias y de Jaime Sanz
Otros enlaces de interés:
¿Marchas cicloturistas? ¡No! Brevets, esencia de cicloturismo
Un día y trasteando en Internet me dí cuenta que eso de randonneur es lo que hacía yo todos los sábados cuando salía por la mañana con la bici y no volvía hasta la noche, comía donde me apetecía, paraba donde quería, hacía fotos o no, etc. y un buen día entré en una web que se llama randonneur.es, ahí ví que existía una forma de ciclismo que solía llevar muchas horas de práctica y que no era competitiva, así que empecé a echar cuentas y ví que podía cumplir con los mínimos, tan sólo me faltaba aguantar los grandes kilometrajes y sin darme cuenta, probé, me metí y estoy pensando en la PBP del 2.019, a ver si pudiera llegar con una forma y confianza mínimas para homologarla en tiempo.
Aviso a navegantes, si empezáis con esto de la larga distancia os engancharéis más pronto que tarde, es muy adictivo y quién prueba repite, es como los niños, un poquito maaaaaaás porfaaaaaaaaa.
Hola Agustín!!!!
Si la bicicleta ya es adictiva el gran fondo aun lo es más.
Saludos!!!