¿Cómo se ve una marcha cicloturista desde fuera? Aquí os presento esta entrada que ha preparado la fotógrafa Kris Moya para este blog.

Los preparativos previos a la salida vistos desde detrás de una cámara fotográfica:

 Vuelta a los orígenes

La marcha cicloturista de las 3 Naciones no es una marcha cualquiera para mi. Fué mi primera gran marcha que realicé como cicloturista y la última… antes de saber que estaba embarazada… Mucho ha llovido desde esa última vez y por tal motivo me hacía especial ilusión acompañar a Nicolás en este día.

Para Nicolás esta marcha cicloturista también tenía un sabor diferente, de reencuentro…Después de retomar el pulso ciclista tras 6 años de parón y tras el reciente fallecimiento de su padre, volver a esta marcha era todo un bálsamo para recuperar la normalidad.

Estos eran los ingredientes con los que nos presentamos en Puigcerdá el día previo. El ambiente ciclista que se vivía en esta población me hacía recordar tiempos pasados, en los que yo misma venía a recoger el dorsal para participar como una cicloturista más.

Risas cómplices entre los participantes, reencuentros con compañeros de otras marcha cicloturista, caras nerviosas, unas serias otras risueñas pero todas llenas de ilusión por estar en Puigcerdà.  Esas sensaciones eran difíciles de describir, pero las sientes, las percibes. Así que no dudé en llevarme la cámara.

Esta vuelta a los orígenes me permitió ver desde otra perspectiva todo lo que rodea a los previos de una cita como es esta marcha cicloturista.

El protagonista, Nicolás, se prestó a ser presa de mi objetivo. Las sensaciones, la tensión, los nervios, la ilusión… estaban en cada instante. Todos los detalles los cuidó y me permitió congelar esos momentos únicos que de forma autómata le tenía que llevar a buscar su gloria personal.

Preparativos, detalles y sensaciones de una marcha cicloturista

Finales de junio El despertador suena. Primeras luces del día. Día despejado, sueño de todo ciclista que se precie.

Empieza el ritual. Cara seria. Concentración.

El ritual del ciclista nada tiene que envidiar del ritual de un torero. Desde la ropa, preparada con mimo la noche antes.

El frugal desayuno.

Hasta los detalles más insignificantes cuentan para alcanzar la meta soñada.

Movimientos acompasados, rítmicos diría yo, para enfundase su traje de luces particular.

Masajes de acondicionamiento para poner a punto las grandes protagonistas desconocidas y compañeras de todo ciclista. Mimo para sus piernas, ellas serán las responsables de éxitos o fracasos en cualquier marcha cicloturista.

Última mirada antes de salir al ruedo. Seriedad, concentración, rictus tenso. Hoy es más que un simple día de bicicleta. La mirada lo dice todo.

Dorsal 164. La cábala no nos dice nada de ese número. Pero es el pasaporte para soñar otra vez. Para volar.

Últimos retoques. Todo suma. El momento de salir se acerca.

La bicicleta espera paciente la salida. Antes toca hacer las últimas comprobaciones, repetir lo que se hizo antes de ir a dormir. No importa. Es el ritual. Tocar neumáticos, comprobar frenos, … todo a punto.

Miles de kilómetros de preparación. Esfuerzo no reconocido hecho en la sombra. A escondidas dirían algunos. Sin escusas, la hora apremia, toca salir. Tu gloria personal te espera. Sólo con estar ahí ya la tienes. Sólo te queda disfrutar de esta marcha cicloturista.

Kris Moya, fotógrafa. Junio 2012

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NA Fotografía y texto de Kris Moya