El velo se pone de largo con la salida de Tarragona, punto de encuentro donde las amistades puras e incondicionales tienden lazos imposibles de romper.

Un poco de historia

Aunque haya sido presidente del velo club durante 3 años, hay cosas para las que aun no tengo respuestas. Quizás los más viejos puedan arrojar luz sobre multitud de cuestiones que giran en torno al velo. Un club amado y menospreciado al mismo tiempo, pero que todo aquel que ha estado en contacto con su esencia y sus gentes ha quedado marcado de por vida, un club que no deja indiferente a nadie.

Una de esas cuestiones que a veces sale a la palestra se centra sobre uno de sus eventos sociales más representativos. Me refiero a la clásica salida de Tarragona.

¿De donde surgió la idea? ¿Cuándo se hizo la primera edición? ¿Por qué es un punto de encuentro? Estas son cuestiones para las que no tengo respuestas. El velo y la salida de Tarragona creo sinceramente que son las dos caras de una misma moneda.

Lo que si es seguro es que la magia que gira en torno a esta cita se mantiene más viva que nunca. Y ante esta afirmación vuelven a surgir como un torrente otra batería de cuestiones:

En más de 40 años de historia el ciclismo ha cambiado mucho, pero la atracción que genera la salida de Tarragona sigue ahí. ¿Por qué?

En todos estos años el recorrido se ha mantenido inalterado, pese a que el tráfico haya aumentado, un recorrido que nadie recordará por su belleza singular. Pero la atracción por estar sigue ahí… ¿por qué?

¿Por qué a finales de junio y no en otra época?

Es un punto de reunión, ¡sólo una vez al año!, de gente de diferentes grupos, asociaciones y clubs, que nos vemos de tanto en tanto, y, en algunas ocasiones, sólo este día. ¿Qué nos mueve a congregarnos en este día?

La Tarragona velo classic 2015

Ante todas las cuestiones planteadas seguro que cada uno de los que tradicionalmente tenemos anotada esta cita en el calendario os podremos dar nuestra opinión, aunque seguramente no coincidiremos en todas ellas.

En lo que todos coincidiremos es que la salida de Tarragona es una cita de grandes amigos, donde la rivalidad que pueda haber dura esos 90 kilómetros de ida. Una rivalidad sana que queda aparcada rápidamente. Una rivalidad que se transforma en amistad pura en el almuerzo, en esas deliciosas sobremesas de reencuentros, donde las batallitas del año o de toda una vida se recuerdan y se valoran de esa manera que sólo los grandes amigos saben hacerlo. Momentos para el recuerdo y para la ilusión.

Este año ha vuelto a ser así. Sentarnos entorno a una mesa gente del Grup 97 como Pere y Chus, del Hospisport como Gabriel, Hipster y Sergi, de los Tusinus y Coollblanc como Carlos, Mago, Jacinto o Galera, de los Karkamales como Antonio y Basilio, más los incombustibles del velo como son Josep, Javi, Izquierdo, Fran, Rafa, Joaquin, Fede, Andrea, Manolo, Isabel, Marcos, Felipe y nuevas perlas del velo como son José y su amigo de la AC Monjuic. Mención especial para Luis Martínez, que aunque residente en Cornudella, año tras año no deja pasar la oportunidad, aunque sea como acompañante, de disfrutar de esta jornada.

Del recorrido sólo decir que se ha rodado muy fuerte todo el día. La generosidad en los relevos ha sido la tónica, aunque también ha habido lugar para escarceos y “avispillas”, como dice Gabriel, donde cada uno ha intentado demostrar que es el más fuerte. La vuelta, marcada por el calor, se ha hecho a muy buen ritmo. Las velocidades medias entorno a los 30 km/h, aunque algunos las han rebasado con creces, demuestra las ganas que se han puesto por parte de todos para afrontar los 180 km del recorrido.

También quiero destacar los 5 dorsales solidarios que nos dimos cita en esta calurosa mañana.

Bravo a todos y no vemos el año que viene.