¿Qué relación pueden tener Felipe II, las marchas cicloturistas y la visualización de objetivos? Pues mucho más de lo que te imaginas.
Parafraseando a Felipe II
Felipe II, allá por el año 1588, embarcó a España en la empresa de conquistar Inglaterra. Para ello no escatimó en recursos, ni materiales ni personales. El máximo exponente de esta historia fue la Armada Invencible. Una flota espectacular compuesta por 130 buques a la que nada ni nadie parecía que pudiera hacerle frente.
El desenlace de la historia no fue el previsto. Las inclemencias meteorológicas unidas al desgaste al que la sometieron la flota inglesa, dieron al traste con todo. Aquella flota llamada a la gloria, fue destruida y hundida en casi su totalidad (más de 100 buques desaparecidos) y engullida por el mar. Los ingleses por su parte, aun tardarían meses en saber de la victoria alcanzada.
Cuando las noticias de tamaño fracaso llegaron a oídos de Felipe II, éste se limitó a justiciar el desastre con la famosa frase «Yo envié mis naves a luchar contra los ingleses, no contra las tempestades».
Calendario de marchas cicloturistas
De todo lo acecido con la Armada Invencible, sólo me quedaré con la frase de Felipe II, la cual me viene como anillo al dedo para ilustrar el devenir del calendario de marchas cicloturistas que tenía previsto.
A principio de año te haces multitud de propósitos, y en tema de bicicleta no se podía hacer una excepción. Ya en un artículo anterior indicaba que la agenda que a veces nos imponemos es bastante estresante, ya que a parte de los retos personales en forma de marchas cicloturistas, le unía las salidas con el Velo Club, las obligaciones parentales en forma de partidos, comidas familiares, compromisos sociales y profesionales, imprevistos, lluvia y lesiones. Multitud de citas irrenunciables que jalonan nuestra agenda. De ahí mi expresión “me río del estrés del calendario de un profesional comparado con el nuestro”.
Cuando todo esto lo mezclas, lo agitas y lo sirves ves que a todo no se puede llegar. Se tiene que priorizar.
Así que de los objetivos iniciales hay algunos a los que he tenido que renunciar, al menos este año, como es el caso de atacar el brevet de 300 km.
También se han caído del calendario marchas como La Rutas del Montseny, La Pedals de Clip o Terra de Remenses, marchas emblemáticas para mi, pero que este año quedan fuera de mi alcance.
Visualizando objetivos próximos
Este pasado fin de semana me he centrado en seguir poniéndome fino de cara a los objetivos próximos: La Mussara para el 16 de mayo y para el tríptico de verano con la Quebrantahuesos, Tarragona Velo Clasic y la Marcha del Vila.
Un fin de semana que ha dado para mucho teniendo en cuenta que se trataba del puente de los Días: viernes Día del Trabajo y domingo Día de la Madre.
Las obligaciones y compromisos de estas últimas semanas, ha hecho que la mentalización tenga que cambiar radicalmente. Salir en solitario para hacer una salida de fondo, sin encontrarte prácticamente nadie en tu sentido, hace que la cabeza pase a tener un protagonismo que cuando vas en grupo no lo tiene tanto.
Mantener un ritmo, regular la tensión, luchar contra el viento, comer encima de la bicicleta, no olvidar la hidratación y escuchar a tu cuerpo hora tras hora son las claves para que estas salidas tengan ese punto de atractivo que las hace diferentes y únicas.
La fortaleza mental es fundamental. Es en lo que me insistían Pep, Pepe y Agustí en el Brevet 200 de Tárrega: “es en la cabeza donde está la fuerza”.
Pero a veces no es suficiente, o al menos en mi caso. Se que tengo esa fortaleza para poder rodar 140 km en solitario manteniendo un ritmo elevado. Pero es visualizar un objetivo el que me termina de dar ese plus de motivación y concentración para seguir pedaleando.
En este caso pensar en que a dos semanas vista tengo La Mussara, en siete semanas la QH, en ocho la Tarragona Velo Clasic y en nueve la Marcha del Vila, son alicientes más que suficientes para seguir entrenando con ganas, fuerza, determinación y constancia.
Así que cuando analizo el calendario de marchas cicloturistas previsto a principios de año y veo lo que al final he podido hacer, me viene a la mente Felipe II y su frase. Y sin desánimo visualizo otros objetivos, menos belicosos que los de este rey, para que mi motivación se mantenga intacta para seguir disfrutando de la bicicleta al 100×100. Y es que la experiencia siempre es un grado.
El tiempo es nuestro activo más precioso. Prioriza, visualiza y disfruta, porque querer es poder. Dale al me-gusta y déjame tus comentarios.
Hola company! Algunos os estáis poniendo como motos!!
Me ha gustado mucho tu publicación, aunque yo creo que la bicicleta son sensaciones, hay que disfrutar encima de la bici, hay que mirar los objetivos que tenemos pero no convertir nuestra pasión en un trabajo,
Ya se que cuando hagamos juntos alguna de las marchas que has nombrado me meterás caña!!! Pero ten un poco de piedad!!!
Tienes razón Josep. Pero ante la imposibilidad de salir de forma habitual con el club, hace que la mentalización y la visualización de objetivos sean al final el aliciente para darse caña a uno mismo en solitario.