Si las vacaciones estivales son siempre agradecidas, disfrutar de un verano cicloturista es todo un privilegio. Aunque al final…

Empezando con calma

Aunque la primera semana de agosto me la tomé con calma, mejor dicho… sin tocar bicicleta, tengo que decir que fue un inicio ideal de vacaciones. Descansar de los pedales y compartir unos días con la familia en las faldas del Montseny fue toda una delicia.

Y aunque el gusanillo ciclero andaba rondando y alimentado por las camisetas de mis hijos, tengo que reconocer que fue un arranque vacacional perfecto. Porque no sólo desconecté de la bici, sino que también lo hice de blogs, de redes sociales, de internet,… y de todo la tecnología que nos rodea en nuestra vida cotidiana.

verano cicloturista por la Siberia Extremeña

Reza el dicho que “la cabra tira al monte”, así que a la hora de plantear el siguiente destino vacacional ya no pude contenerme más. Siberia Extremeña y verano cicloturista son un binomio difícil de romper.

Pese a todo siempre hay alguien que te pregunta: “¿pero te llevas la bicicleta de vacaciones?”. ¡Pues claroooo! A unos le va la playa y otros nos va la bici. ¡Qué le vamos a hacer!

Por tierras extremeñas, a parte de cumplir con la familia y con las tradiciones, también hay lugar para el turismo y para atacar aquellos retos deportivos que a uno se le antojan de primer orden.

Carreteras en perfecto estado, desniveles asequibles, un tráfico tranquilo (aunque haya algunos que aun no se han enterado de eso del 1,5 m de separación), un entorno mágico y una naturaleza que te sorprende en cada rincón, son sólo algunos de los alicientes que invitan a disfrutar de un verano cicloturista por estas tierras.

De los retos que me había marcado sólo destacar la subida al Castillo de la Puebla de Alcocer (asignatura pendiente de juventud) y la tradicional peregrinación a Guadalupe (una CRI de 175 km… ¡casi ná!). Todos ellos cumplidos satisfactoriamente.

Del ciclowestern de Almería a escalofrío de Zaragoza

La recta final de este verano cicloturista acababa por tierras almerienses. Sabía que estaba por allí mi amigo Manolo (Ciclismo Ninja), así que la oportunidad brindaba para un ciclowester de primer nivel. Ruta corta pero de esas que dejan un gran sabor de boca por unas tierras que dan para mucho, pese al viento de levante.

Desgraciadamente esta recta final de este verano cicloturista se teñía de luto. El fatídico accidente de Botorrica (Zaragoza) dejaba a dos fallecidos en la carretera a manos de un indeseable al volante. Indignación por lo ocurrido, indignación por las circunstancias del suceso e indignación por la libertad del verdugo… han sido el sentimiento que me ha invadido en estos últimos días.

El verano, con estas noticias, da también para reflexionar:

• ¿Puede una sociedad permitir que un individuo triplique la tasa de alcoholemia, mate a dos personas en la carretera y acabe en libertad pendiente de juicio?
• ¿Por qué la justicia se administra de manera laxa y nada ejemplarizante?
• ¿Es justo que un gobierno legisle dejando indefensas a las víctimas ante sus verdugos?
• ¿Es justo que un gobierno legisle a favor de los lobbies de las aseguradoras desprotegiendo a las víctimas de accidentes?

Mis respuestas son claras. Y ahora más que nunca toca actuar. Seguir el ejemplo de Anna González (firma su petición AQUÍ) es digno de mención. Hay mucho trabajo por realizar, tanto a nivel de sociedad en su conjunto como a nivel de colectivo ciclista. Y en este aspecto el arranque del nuevo curso se antoja calentito.

Lástima de esta escalofriante noticia que ha cubierto de nubes negaras un verano cicloturista llamado a ser de esos para recordar.

Y tu verano cicloturista, ¿cómo ha ido?

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NA Fotos propias, Kris Moya Studio y de Ciclismo Ninja