La Cavall d’Acer es una cita de bicicletas clásicas. Pero quedarnos ahí sería cometer un grave error. ¿Quieres saber por qué os digo esto?
Del robo a la aventura
Para este 2017 estaba decidido a probar nuevas experiencias en bicicleta. Y así estaba planteando mi calendario a principios de año. Bien es cierto que una cosa es lo que uno quiere hacer y otra es lo que finalmente se puede hacer.
Como ya os expliqué en una entrada anterior, la bicicleta requiere de unas grandes dosis de conciliación entre las diversas facetas de nuestra vida, especialmente si tienes pareja y, además, niños. Si a eso le sumas los imprevistos, acabas por tener un cóctel que parece un auténtico encaje de bolillos.
A las citas tradicionales a las que siempre me gusta asistir, como son la GF La Mussara o la QH, este año quería ampliar mi experiencia en el mundo de los brevets probando el siguiente escalón de 300 y volver a recuperar mis sensaciones en alguna marcha de bicicletas clásicas.
Pero a finales de enero pasó un hecho muy desagradable: me robaron mi bicicleta clásica en Barcelona. Realmente fue un palo personal, ya que a esa máquina me unían recuerdos sentimentales de un valor incalculable, por suerte recuerdos que el caco nunca tendrá el placer de disfrutar.
Con esta desagradable circunstancia, mi aventura de bicicletas clásicas quedaba aparcada sin fecha… hasta que hace unas semanas, mi amigo Manolo, me metió en la aventura de participar en la edición 2017 de la Cavall d’Acer, gracias a su generosidad dejándome una autétnica clásica pata negra.
La Cavall d’Acer 2017
Muchas de estas marchas de bicicletas clásicas son auténticas concentraciones de un ciclismo nostálgico, donde el aspecto deportivo/competitivo queda en un segundo plano.
Pero también hay, por otro lado, otras citas de ciclismo clásico que son auténticos retos deportivos de primer nivel, las cuales nada tienen que envidiar a esas citas tradicionales que os indicaba con anterioridad. La Cavall d’Acer es un claro ejemplo de lo que os digo.
Y es que esta Cavall d’Acer tiene todos los ingredientes para ser un referente dentro del ciclismo de bicicletas clásicas y, al mismo, dentro del ciclismo de aventura y de retos deportivos personales de primer orden.
¡La organización se lo ha currado de lo lindo! Y esto hay que reconocerlo.
De buenas a primeras, con el planeamiento de 3 recorridos para todos los niveles, el listón se pone muy alto: uno de 65 km para los iniciados, uno de 95 km para los que quieren sacarle más partido a una jornada de ciclismo clásico y uno de 200 km para auténticos aventureros de la bicicleta clásica.
Pero no acaban ahí las sorpresas. ¡Ni mucho menos! Y es que esta edición de la Cavall d’Acer es como una montaña rusa de sensaciones.
Para ello se ha escogido como punto de salida el marco inigualable del Circuito de Cataluña, donde la modernidad del escenario y del evento multiciclista del Bicircuit (donde está englobada esta marcha), contrasta con el perfil clásico de bicicletas y participantes.
Y en relación a los recorridos decir que este contraste toma tintes de épica. Si el Circuito nos muestra la cara más moderna, la ruta acaba por discurrir por parajes que nos sorprenderán a todos los participantes y donde la guinda vendrá de la mano de los tramos de sterratto, momentos que nos transportarán sin darnos cuenta a otra época, donde el ciclismo de aventura alcanzará así su máximo exponente.
A nivel de avituallamientos decir que habrá 2 en la de 65 km, 3 en la de 95 km y 5 en la de 200km, cantidad suficiente para afrontar la ruta con garantías de asistencia, aunque teniendo en cuenta que habrá Libro de Ruta para sellar, lo mismo con los compañeros nos lo planteamos también en plan autosuficiencia randonneur.
Más que una marcha
Pero la Cavall d’Acer va un paso más allá de lo que es una cita de ciclismo clásico, e incluso en su cara de aventura clásica al más puro estilo randonneur en su versión 200 km.
La Cavall d’Acer es toda una declaración reivindicativa del uso de la bicicleta en nuestro día a día. Y que mejor manera de hacerlo que recordando cuando la bicicleta era un medio de transporte seguro que servía tanto a los más pequeños para ir al colegio como a los mayores para ir al trabajo.
Eran aquellos tiempos en los que la bicicleta era un medio de transporte seguro y eficiente, filosofía que poco a poco se vuelve a abrir su espacio en nuestra sociedad, en la que la movilidad se ha convertido en un problema y donde la bicicleta se postula como la gran alternativa.
La Cavall d’Acer pretende concienciar que la bicicleta puede y tiene que ser el vehículo ideal para trayectos de hasta 20 km, para lo cual se tienen que diseñar vías adecuadas de salida y entrada entre poblaciones, que permitan circular con rapidez, con seguridad y sin obstáculos.
Vale la pena que visitéis la web de Cavall d’Acer clickando AQUÍ.
Para inscribiros hacedlo por medio de este enlace de Bicircuit clickando INSCRIPCIÓN.
Os animo a apuntaros y desempolvar vuestras máquinas de acero. La experiencia lo vale. No os defraudará. ¡Qué no os lo cuenten, vividlo!
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NA Fotos CalVox, Ciclismo Ninja y Espai Bici
Allí estaremos!!!! Qué nervios!!!