El 2019 me ha dejado un sabor cicloturista agridulce y es que la sensación de pedalear como pollo sin cabeza ha contrastado con los grandes momentos que he pasado.

Año raro, raro, raro

Si tengo que definir a nivel cicloturista este 2019 que ya hemos dejado atrás, lo haría con la expresión “como pollo sin cabeza”.

Una sensación incómoda que, ya desde marzo, me ha perseguido pese a haber hecho cosas chulas y de relumbrón.

Y es que esto de pedalear por pedalear está bien… pero cuando tienes un objetivo en mente, tengo que reconocerlo, la motivación se dispara y hasta entrenar se hace con gusto.

La falta de un objetivo retador me ha matado. Y mira que arranqué con ganas de aprovechar este año randonneur que me hubiera permitido dar un paso más dentro de la ultradistancia.

Temas personales (dos mudanzas) y profesionales (a full todo el año y dando gracias por ello!!!) me limitaron el tiempo disponible. Ni para escribir en este blog he tenido tiempo!!!!

Citas cicloturistas no han faltado

El arranque cicloturista del año empezó ilusionante.

A la ruta verde por Girona con la familia (cicloturismo de disfrute 100×100), le siguieron las citas breveteras del CC Sprint Bike con un brevet de 200 y otro de 300, citas que prometían una primavera ilusionante… pero al no fijar un objetivo en el horizonte como fue el caso del 2018 con el Everesting Montserrat, me hizo entrar en pedaleo por inercia.

Ni la participación en La Mussara en mayo (descafeinada por el viento), ni la renovada 3 Naciones de Hermida en junio (que tuneé con la subida a Ordino) ni la experiencia kamikace de agosto de La Purito (pedaleo en el infierno) sirvieron para reconducir el tema.

La Purito me pasó factura en agosto con una sobrecarga, situación que no impidió que septiembre fuera el gran mes del año: 3er puesto en la modalidad 6 horas individual en las 24 h de Montmeló, el descubrimiento de la Pirineo Girona Challenge con 2 días de cicloturismo 100×100 y, aunque fallido, el Everesting en Montserrat con Roser (una grande del ultrafondo) fue toda una masterclas de superación y autosuficiencia en que aprendí mucho más de lo que hubiera imaginado aunque me quedara en los 7.800 m de desnivel.

Alguno pensará que no está nada mal todo esto. Pero cuando no tienes el foco puesto en un objetivo claro, definido y retador, las sensaciones no acaban de ser buenas.

Menos mal que todas estás citas he tenido al lado a Kris (disfrutando de su retorno al cicloturismo activo), a Dani (pundonor y entrega sin limites) y a Ciclismo Ninja (generosidad y pasión contagiosa). Gracias a ellos he mantenido la ilusión y el fuego sagrado.

El colofón: la 7ª marcha cicloturista solidaria

El cierre de la temporada cicloturista me lo marca, como ya es tradicional, la organización de la marcha cicloturista solidaria Velo Club. Un cierre siempre muy especial y con unas connotaciones que van mucho más allá del cicloturismo.

Esta edición también se ha resentido de mi falta de dedicación. La he tenido un poco abandonada, dándole forma casi por inercia.

Algunos dirán que tampoco ayudó la amenaza de lluvia o la situación política que se vivía en Cataluña en esos momentos. ¡Excusas baratas! La falta de foco también la ha lastado y, todo ello, pese a la responsabilidad y compromiso que hemos adquirido con esta cita y la ilusión que ponen los voluntarios del VELO, los patrocinadores, los nuevos colaboradores como Ride For Her e incluso la Fundación Alba Pérez con Rafa a la cabeza.

De todos modos me quedo con esos 200 inscritos, gracias a los cuales pudimos donar 2.790 € a la Fundación Alba Pérez y 320 para Ride For Her.

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Para el 2020… más y mejor

Para este año que acaba de empezar me he impuesto el firme propósito de reconducir la situación.

Escribir en el blog tienen que volver a ser un hábito, pero más importante que eso es definir objetivos, crear un calendario ilusionante y dar sentido a cada pedalada.

El sorteo de la Quebrantahuesos, un año más, vuelve a ser el que me sirve para vertebrar el calendario. Pero esta vez la motivación me da en la nariz que no será ni mejorar una marca ni nada parecido… hasta renunciaré al cajón de salida que me pertoca. Pero esto ya os lo iré desgranando.

La ultradistancia volverá a tener su protagonismo, algún reto personal de locura se intercalará y, sobre todo, quiero que este año sea un año de retos compartidos con colofón en la Marcha Cicloturista Solidaria a finales de octubre.

¿Te apuntas?

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NA. Fotos propias, Kris Moya, Calvox, Ciclismo Ninja, 3 Naciones y La Purito

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