Con el fin del verano ciclista llega el otoño ciclista, una estación repleta de grandes retos, oportunidad para redescubrir gentes, rutas y lugares.
¿Se acaba el mundo?
Para algunos, las vacaciones de verano son como si se acabara el mundo ciclista. Si que es cierto que aun se mantiene la tensión y el contacto virtual con la Vuelta a España, alguna clásica que otra y los campeonatos del mundo.
Por otro lado algunos apuran la menguante luz del día para atacar los últimos grandes retos cicloturistas, lo cierto es que todo tiene un sabor de despedida cuando llega el otoño ciclista.
Y aunque ya empiezan a salir algunos precalendarios y fechas para el año que aun ni despunta en el horizonte, la realidad es que parece que el ciclismo se va aletargando poco a poco.
Leyendo el otro día un estado en facebook de Jordi Escrihuela al respecto, no podía estar más de acuerdo con él. Con la juventud el otoño era una época triste. La disminución de las horas solares, la llegada de los primeros fríos y la falta aparente de alicientes, hacían del otoño ciclista una época triste y aburrida.
Un vibrante otoño ciclista
No sé si también será la edad o que mi capacidad de ver y valorar el entorno ha cambiado, pero lo cierto es que el otoño ciclista es una época realmente vibrante y espectacular para disfrutar a tope.
El cambio de esta percepción me vino hace unos años para estas fechas en un Máster. Allí coincidí con un venezolano que me abrió los ojos en este sentido. Cuando le mostré mi tristeza ante la llegada del otoño, este me dijo todo lo contrario.
¿Por qué era para mi triste y para un caribeño era una maravilla?
La respuesta era muy sencilla: ver como todo evoluciona, como cambia y como se transforma todo a tu alrededor en una sinfonía de colores es algo mágico. Es vivir en primera persona el ciclo de la vida, vivir en continuo cambio en contraposición a una climatología tan uniforme como es la del Caribe.
Disfrutar en un mismo lugar, y a lo largo del año, del mar y de la montaña, combinándolo a su vez con frío y calor, nos permite descubrir cada 3 meses de un nuevo paisaje y de una naturaleza que en cada época alcanza una dimensión única envolviéndonos de colores, de olores y de sabores que nos hacen vibrar de manera diferente para no caer en la monotonía.
Desde aquella conversación, para mi, el otoño ciclista se ha transformado en una época ilusionante y repleta de grandes citas y, ¿por qué no?… ¡de retos!
Mis propuestas para este otoño ciclista que viene
Lo que os voy a proponer está muy centrado en el entorno geográfico de Barcelona. No es que quiera herir sensibilidades, pero es el que conozco mejor. En otras latitudes seguro que el otoño ciclista también ofrece un amplio abanico de oportunidades para descubrir y se puede disfrutar igual manera.
Mi intención es que esta estación deje de ser de letargo y se convierta para vosotros en una época activa a más no poder. Aquí vienen mis propuestas:
- Cierre de calendarios cicloturistas. En este caso pretendo incentivar la participación en las últimas citas cicloturistas con un carácter ya más tranquilo. Aquí en Cataluña las propuestas se centran en la Marcha Ciutat de Mollet y en la Marcha Cicloturista Solidaria Velo Club, esta última con la que colaboro directamente en la organización y a la que os animo a participar (INSCRIPCION AQUI).
- Toca sacar la BTT o simplemente caminar. Adentrarte en bosques de hoja caduca es sinónimo de transportarte a otro mundo. Es algo mágico. Mi propuesta es adentrarnos en los hayedos del Montseny, un lugar singular como pocos.
- Pero si eres un incondicional de la carretera, le tomo la palabra a Raúl Massabé (de RAMABICI). Redescubrir rutas pirenaicas como la que os conté por el Coll d’Ares puede ser toda una experiencia. ¡Y es que Raúl me puso los dientes largos con esta idea!
- También es una oportunidad para hacer un ciclismo amigo como el que propone en muchas ocasiones Ciclismo Ninja. Es la ocasión para rodar con amigos por las carreteras tranquilas del Penedés del estilo de la ruta que ya os expliqué en un post anterior.
- Y como no podía ser de otra manera, hay que aprovechar para salir con la familia en bicicleta. Recorridos por el Río Llobregat a ver el Pont del Diable o bajar hasta la desembocadura del río. Porque compartir con la familia una afición como la bicicleta es el principio de grandes aventuras.
Espero que estas propuestas sean de vuestro interés. Y si no estás en Barcelona… ¡tira de imaginación! Porque seguro que donde vives hay también propuestas increíbles por descubrir para disfrutar de una gran otoño ciclista.
¿Te apuntas? ¿Te parecen interesantes? ¿Qué vas a hacer este otoño ciclista?
Dale al me gusta, comparte y déjame tus comentarios, estaré encantado de leer vuestras propuestas e ideas y, sobre todo, de responderlos.
NA Fotos propias, de Ciclismo Ninja y Kris Moya Studio