Si la edición del 2002 de la quebrantahuesos fue una cita con la épica, la del 2003 fue descubrir esa esencia que ha enganchado a miles de ciclistas.
Aquel 2003…
El 2003 arrancó como siempre, lleno de grandes propósitos y buenas intenciones. Si tiramos de hemeroteca, para muchos ese año lo recordarán por la explosión del transbordador espacial Columbia o por la no menos glamurosa noticia del compromiso entre Leticia y el Principie Felipe.
Pero para mi, aquel 2003 me quedó marcado por un veneno que 12 años después aun no me he podido sacar. Si en el 2002 tuve mi primer contacto con la quebrantahuesos, pero en aquella ocasión con la épica de la mano de la Piedra de San Martín, este 2003 supuso entrar en contacto con la magia que mueve este evento de la mano de su recorrido tradicional. Una magia que a modo de veneno te invade y hace que año tras año, cuando se acerca el solsticio de verano, sólo tengas en mente ese reto personal.
La llamada de la quebrantahuesos
Aunque mis piernas y mi mente ya casi habían olvidado las penurias del año anterior, la llamada de Daniel Cánovas en aquella primavera del 2003 fue como un canto de sirena: “¡¡¡Nico!!! Que los del Grup97 y la Collblanc se organizan para ir a la quebrantahuesos, y he pensado que …¿nos apuntamos?”.
Lo primero que pensé: “¡Cabr..n!”, pero mi corazón dijo “¡¡¡SI!!!!”. Posiblemente esta disyuntiva entre corazón y mente en la que me encontré fue debida principalmente a la sutil llamada de la propia quebrantahuesos, más que la llamada de mi inestimable amigo Dani.
Así que sin esperar ni a sorteos ni historias para no dormir que nos toca vivir ahora, nos inscribimos cruzando los dedos para no repetir el recorrido del año anterior. Por segundo año consecutivo volvíamos a estar allí. Todo un sueño hecho realidad. El ambientazo como no podía ser de otra manera…¡espectacular! Para los que no lo conocisteis, toda la feria se hacía en el polideportivo, un lugar mucho más recogido pero que transpiraba ciclismo al 100×100 allá por donde posaras tu mirada.
Sábado 21 de junio de 2003
Quizás sea de todas mis participaciones en la quebrantahuesos, la edición que recuerdo con más cariño. El desconocimiento del recorrido, escuchar los consejos de los veteranos sobre la dureza del Marie Blanque o cómo acometer el Portalet, es todo un conjunto de sensaciones difíciles de describir.
Así que con los nervios propios del momento, se volvió a volar cuando dieron la salida. Parecía que se acababa el mundo. Ascenso rápido al Somport, pero con la euforia del momento no eres consciente de velocidad ni de nada. Vertiginoso descenso hasta llegar a pie del Marie Blanque.
Ya algo desperdigados todos lo que salimos juntos, al Marie Blanque tocó subirlo cada uno a su ritmo. Al principio iba engañado, y es que tanta dureza no se veía por ningún sitio. Hasta que la realidad hizo su aparición.
Aquellos 4 kilómetros infernales bajo un sol que castigaba de lo lindo se me marcaron a fuego en la mente. Piensas que 4 kilómetros son cortos, que son poca cosa. En aquellos 4 kilómetros las vi de todos los colores. Nunca había deseado tanto como aquel día dejarme caer encima de la hierva que enmarcaba aquella carretera sin curvas.
Cada pedalada se me hizo eterna. Deseaba que pasaran los kilómetros, pero el indicativo de 3 km para coronar se hizo de rogar. Ya no digamos el de 2 y el de 1 creo que ya ni lo vi. Y luego tocaba la procesión desde que coronas hasta llegar a la avituallamiento.
Del Portalet me quedo con el recuerdo de la media siesta que nos echamos Dani, el Indio y yo en el avituallamiento, y es que la pájara que llevábamos encima bien se lo merecía. Coronar el Portalet fue otra delicia, especialmente por la parada en un bar que tuvimos que hacer a tomar una cerveza. Circunstancia que repetimos tras la tachuela de Hoz de Jaca, justo enfrente del mismo avituallamiento.
Del resto poco que contar. El balance de mi primer recorrido oficial de la quebrantahuesos: más de 10 horas de bicicleta y un veneno que 12 años después sigue igual de fresco que en aquella calurosa mañana del 21 de junio de 2003.
¡Y ahora a por la edición 2015! Con nuevos retos e iniciativas. Te invito a sumarte al Reto 2015 kilómetros solidarios y haz que esta edición de la quebrantahuesos sea más especial si es posible.